domingo, 15 de diciembre de 2013

La censura en la Guerra Civil Española


La censura en la Guerra Civil Española

   La censura durante los años de guerra y posteriores fue un importante elemento a tener en cuenta por parte de los fotógrafos. Sin embargo la valentía de muchos autores que se saltaron las leyes, como Pepe Campúa o José Díaz Casariego hacen posible que hoy podamos revivir la guerra a través de su objetivo.

   A raíz de las famosas fotografías de José María Díaz Casariego,  el general Berenguer del Ejército franquista prohibió a todos los periodistas fotografiar cerca de las operaciones militares. Claro que, cuando dijo a todos se refería sólo a los no simpatizantes del régimen. Sin embargo, los militares estaban demasiado ocupados ganando una guerra como para estar pendientes de los cientos de fotógrafos y periodistas que pululaban por las contiendas, y de las miles de imágenes que producían cada día.

   Por ello la censura actuó a priori y a posteriori; de hecho, la mayoría de la documentación gráfica realizada por parte del bando de izquierdas fue destruido tras finalizar la guerra. Todas aquellas imágenes que no construían una imagen positiva del caudillo ni del régimen, así como las duras imágenes de sufrimiento y muerte del pueblo, eran destruidas sin miramientos. Además, a los fotoperiodistas que durante la guerra se saltaron la censura, les fue retirado el carnet de periodista y obligados a que nunca más ejercieran la profesión. La mayoría fueron condenados a la cárcel o la muerte. Pero no nos equivoquemos, los partidarios del régimen franquista también temían por la victoria de los republicanos, que les obligarían a deshacerse de sus fotos.

   A pesar de la crueldad con la que la dictadura trató al fotoperiodismo, gracias a la valentía de muchos fotoperiodistas hoy conocemos la historia por ambas partes. Se sucedieron varios casos: Luis Ramón Marín ocultó 18.000 negativos en la pared de una cocina. Agustín Centelles cruzó la frontera de Francia con 4.000 negativos. Caty Horma escondió 270 negativos en una caja de hojalata y no las sacó ni los reveló hasta que acabó la guerra en 1939.

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